Siete razones por las que aprender a tocar el piano a partir de los 60 años es altamente recomendable
LOURDES SÁNCHEZ DÉCIMA – EL PAÍS, ESPAÑA
El aprendizaje musical ayuda a prevenir el deterioro de la memoria y potencia el desarrollo de las funciones cognitivas. Llevo investigando en este ámbito y enseñando a personas mayores en Santiago de Compostela 15 años. Y, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Personas Mayores, hay que resaltar que aprender música a partir de los 60 años y sin conocimientos musicales previos, no solo es posible, sino que se ha revelado como un estímulo excelente para el desarrollo y el bienestar de personas en edad avanzada. Estas son las siete razones.
Activan la mente: Querer aprender un nuevo lenguaje, el musical en este caso, les obliga a realizar un esfuerzo de concentración que les permite reconocer los símbolos musicales, identificando el mensaje que transmiten, ejercitando esas capacidades intelectuales que empiezan a abandonarse, en algunos casos, tras la jubilación.
Conectan con las emociones: Existen estudios científicos que demuestran que la música ejerce una marcada influencia en nuestro estado emocional, acompañándonos desde que nacemos a lo largo de las diferentes etapas de la vida, seamos o no conscientes de ello. Según su experiencia, “este colectivo (hablamos de personas que rondan los 60 años) es especialmente receptivo al arte musical. El aprendizaje conecta sus emociones ya que muchos de ellos cuando comienzan a reconocer en su proceso de aprendizaje, canciones de su infancia, reviven momentos y disfrutan doblemente por poder ser ellos mismos quienes interpretan los temas”.
Mejoran la consciencia corporal y la capacidad motora: El sistema, ideado por Sánchez Décima, se fundamenta en tres pilares: Toma de consciencia corporal, conocimiento del lenguaje musical y aprendizaje de la técnica e interpretación. Llevando la atención al interior y desde una posición de bienestar, aprenden a reconocer las partes del cuerpo que intervienen en la ejecución. “La respiración coordinada con el movimiento hace de hilo conductor en el proceso de aprendizaje. Ayudando a disolver bloqueos adquiridos culturalmente (juicios, autocríticas…etcétera) mejorando su capacidad motora. Sin presión ni tensión”, sostiene.
Combaten la soledad: La magia de la experiencia musical que experimenta este colectivo -apunta Sánchez Décima- les empuja a compartir con otras personas los temas que siempre disfrutaron. “El aprendizaje los reincorpora en la sociedad, reduciendo el riesgo a aislarse en esta etapa de la vida”, valora la pianista, y añade: “Aprenden, sin quererlo, a incorporar un hábito nuevo que les aportará belleza y satisfacción personal”.
Ejercitan la memoria y se divierten: El sistema plantea ejercicios para aprender a leer las partituras utilizando tarjetas de memoria estilo “memory”, identificando de esta forma cada tecla con su nota respectiva en el piano. “Aprenden el solfeo sin darse cuenta”. Una vez que tienen la frase musical ya descifrada y son capaces de tocarla, surge casi espontáneamente entre ellos el deseo de entonarla y cantarla juntos. Se crea un ambiente de disfrute y sana diversión que les hace sentirse plenos nuevamente.
Se sienten protagonistas: Cada persona posee cualidades diferentes que tal vez desconocía. A través de este nuevo aprendizaje aprenden a descubrir y a dar valor, apunta la pianista. “La música les convierte de nuevo en protagonistas, ejercitando esas capacidades, evolucionando en un proceso que seguramente creían fuera de su alcance, lo que les duplica la motivación”.
Superan retos que creían fuera de su alcance: Una de las piezas estrella que aprenden a tocar en estas sesiones musicales para adultos es el “cumpleaños feliz” ya que siempre hay una oportunidad para interpretarlo. Es el caso de Antonio, un alumno de 63 años, que en solo 10 meses ha experimentado una gran evolución, sin apenas conocimientos musicales previos. Superando sus propias expectativas, hoy comparte la emoción que sintió al poder tocar el cumpleaños feliz a su hijo de 32 años que está trabajando en el extranjero. Gracias a los avances tecnológicos, su mujer le sugirió que ella podría cantar y él acompañarla al piano, grabarlo y enviarlo por WhatsApp. La respuesta de su hijo no tardó en llegar: “Tengo unos padres que son unos cracks”.
Lourdes Sánchez Décima es pianista y profesora especializada en bloqueo creativo y desarrollo musical en la madurez. Tras graduarse como músico en centros universitarios de Argentina y Estados Unidos, Lourdes acumula más de 30 años de experiencia como docente formando a jóvenes músicos en Galicia. En los últimos 15 años ha desarrollado un método propio con el que ha enseñado a numerosas personas a tocar y disfrutar de la música para piano, especialmente en su etapa de madurez. Este sistema pedagógico integra recursos del yoga, disciplina que también cultiva desde su adolescencia.
Fuente: El País - España
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